Día 9: Evaluación
Creo que todo el mundo ha oído alguna vez por parte de algún profesor la siguiente frase: "Se que lo sabe, pero en el examen se ha puesto nervioso", o alguna similar, ¿cómo es posible que como docentes podamos aceptar eso? Si esto es así, claramente no estamos evaluando lo que se nos pide evaluar, sino tan solo como nuestro alumno se comporta antes una situación de estrés, en la que tiene que responder respuestas lo mejor posible en un tiempo limitado, lo cual es la cosa más extraña que puede hacer una persona, pues nadie hace eso ni para vivir, ni para relacionarse con los demás ni para realizar ningún tipo de interacción en su vida. ¿Para qué estamos preparando a nuestros alumnos pues? Claro, para ser catedráticos universitarios, para eso, parece que será la única profesión del futuro. Mientras que los que no puedan continuar, caerán en las garras del fracaso, ya que al parecer no habrá más profesiones que esa.
Claramente esto no es así, por lo que es absurdo que evaluemos con ese fin, hemos de dejar de centrarnos tanto en los contenidos, los cuales se pueden encontrar fácilmente en con cualquier dispositivo digital y centrarnos más en las competencias, como indica la Unión Europea
Competencias clave, según la Unión Europea:
- Comunicación lingüística.
- Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología.
- Competencia digital.
- Aprender a aprender.
- Competencias sociales y cívicas.
- Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.
- Conciencia y expresiones culturales.
Por lo que además de saber (contenidos), nuestros alumnos deben saber hacer y saber ser.
Como dijo un profesor que tuve en la universidad:
"No os preparamos para que os sepáis el libro, sino para que sepáis leerlo y escribirlo"
La educación no va de almacenar conocimientos, sino de entenderlos y enseñar a otros a entenderlos.
Para conseguir esto, necesitamos cambiar nuestra forma de enseñar, y para ello disponemos de todas aquellas metodologías que se han presentado en las anteriores publicaciones, así como todas las que están por llegar.
Pero ante todo, no debemos olvidar una de las partes fundamentales de la enseñanza, y es a evaluar lo aprendido por los alumnos.
Pues aunque apliquemos todo lo anterior, si a la hora de analizar el aprendizaje de nuestros alumnos no evaluamos de forma adecuada, lo anterior no habrá servido de nada, ya que si no somos capaces de saber si nuestros alumnos han aprendido, no seremos capaces de continuar enseñando apropiadamente. Y tampoco, como decía al principio, podemos engañarnos a nosotros mismos, utilizando métodos de evaluación poco fiables. Es imposible analizar el aprendizaje de un alumno con un examen, por lo que una de nuestras prioridades debería ser la evaluación continua.
Pero evaluación continua no significa hacer más exámenes más a menudo, sino que todo lo que realice nuestro alumnado es evaluable, desde la participación en el aula hasta la realización de proyectos. Para ello, la forma de evaluación debe adaptarse a las actividades realizadas, como por ejemplo entrevistar a los alumnos sobre un tema en concreto, realizar evaluaciones cooperativas, la utilización de rúbricas de evaluación en proyectos, para partes del mismo o para evaluar competencias, e incluso la utilización de herramientas web como: ClassDojo, Kahoot o FlipQuiz.
Un ejemplo de Rúbrica de evaluación para un proyecto sería el siguiente:
Por último, debemos tener presente que lo que evaluamos principalmente es nuestro trabajo como profesores. Las evaluaciones nos permiten saber como lo estamos haciendo, que puntos debemos fortalecer y que cosas cambiar, y no responsabilizar únicamente al alumno de su nota. Porque tanto como profesores como alumnos estamos juntos en esto.
Para finalizar, quiero agradecer a todo el equipo de profes de la asignatura de Innovación su trabajo con nosotros y por todo lo que nos han enseñado, así como la visión de la docencia que han compartido con nosotros, y en especial a Nacho, el profe de mi grupo. Por ello, aquí os dejo un vídeo de despedida.
