Día 4: Flipped classroom.
A la hora de innovar y mejorar la enseñanza, se buscan diferentes técnicas y metodologías para transmitir los conocimientos vía Profesor-Alumno, sin embargo, podemos usar dichas herramientas para cambiar las reglas del juego y que la vía pueda tomar la dirección Alumno-Profesor, de esta vuelta de tuerca nace el concepto Flipped Classroom.
Una de las formas de aplicar dicha metodología es mediante la utilización de vídeos breves que los alumnos puedan usar como punto de partida para posteriormente desarrollar los conceptos en clase con ayuda del profesor.
Por tanto, ¿Podríamos considerar los cursos online como Flipped Classroom?
Dentro de los cursos online podemos diferenciar varios tipos:
-MOOC (Massive Online Open Course): Como su propio nombre indica, son cursos con alta densidad de participantes realizando un mismo curso, por lo que la atención individualizada al alumno es mínima.
-NOOC (Nano Online Open Course): Son cursos sobre materia muy concreta y que se completan en muy poco tiempo.
-SPOOC (Self-Paced Online Open Course): Cursos pensados para que el alumno los supere a su propio ritmo, sin fechas límite y una dinámica bastante laxa.
Sin embargo ninguno de ellos puede considerarse Flipped Classroom ya que el alumno sigue siendo un elemento pasivo, al igual que lo sería en una clase tradicional, con la única diferencia que el profesor enseña a través de la pantalla y no en directo.
Aunque gran parte de las dinámicas basadas Flipped Classroom se realizan mediante el uso de vídeos, ya sean creados por el propio docente o extraídos de la red, no es necesaria la utilización de los mismos para poder darle la vuelta al concepto que tenemos de qué es una clase.
Por otro lado, creo que es erróneo utilizar dicho concepto para intercambiar en el tiempo y el espacio los ejercicios, de la clase magistral, ya que, aunque el material que se ha de utilizar fuera del horario escolar sea breve, toma bastante tiempo y puede llegar a ser tedioso para los alumnos si tienen que hacer lo mismo cada día de todas las asignaturas a las que han asistido por la mañana.
No debemos olvidar que los alumnos emplean prácticamente la mitad de su vigilia en el instituto, por lo que deben tener disponible el resto del tiempo para usarlo como crean conveniente, tan solo deberíamos incentivar que usen dicho tiempo en seguir aprendiendo, pero para ello hay que proponer actividades que sean lo suficientemente entretenidas para que las elijan por ellos mismos. Por consiguiente, la evaluación de dichas actividades ha de ser siempre positiva, ya que si se divierten realizándolas, no cabe duda de que estarán aprendiendo.