
Día 7: Aprendizaje Cooperativo
A nadie se le escapa, que hay más gente a parte de uno mismo en el mundo, y que gran parte de nuestra existencia se basa en las relaciones interpersonales. Sin embargo, a la hora de aprender, parece que nos hayamos empeñado en hacer creer a nuestros alumnos que están solos. Así como vivimos en sociedad, es imposible que pretendamos separar eso del aprendizaje, o acaso en nuestro día a día ¿no aprendemos cosas de los demás y ellos de nosotros?
Es por ello que una nueva forma de enseñar esta surgiendo, aunque ya existía, sin darse cuenta de que lo aplicaban, en escuelas rurales, donde prácticamente todos los alumnos conformaban ellos solos una clase y los estudiantes mayores se hacían cargo de que los pequeños aprendiesen, y estos a su vez aprendían algo.
Lo mismo ocurre entre profesores y alumnos, no hay día que el profesor no se vaya a casa habiendo aprendido de sus propios estudiantes, es más, personalmente, durante la carrera, cuando más aprendí fue cuando me juntaba con mis compañeros para estudiar y aprendíamos de las explicaciones entre unos y otros.

Así mismo, el aprendizaje cooperativo no tiene como objetivo el trabajo en equipo, para eso ya existen los proyectos como vimos en el día anterior, sino, para que juntos aprendamos como hacer las cosas solos.
Además el aprendizaje cooperativo, más allá de ayudar a los estudiantes a aprender los contenidos, también les ayuda a desarrollar aptitudes colaborativa, les enseña a ser más tolerantes con los demás, aceptar otras opiniones, aprender a dirigirse a otros, etc.
Sin embargo, para que todo funcione a la perfección el papel del profesor es muy importante, ya que actúa como guía y mediador en la resolución de conflictos que pudiesen surgir entre los estudiantes.
Para que este sistema funcione, es fundamental que cree un buen ambiente y trabaje la cohesión del grupo, principalmente por parte del tutor.

A la hora de trabajar juntos, es importante que el profesor tenga en cuenta las particularidades de cada alumno y las relaciones entre los alumnos, para que todo funcione correctamente. Por ello, a la hora de organizar una clase para trabajar en grupos hay que tener en cuenta lo siguiente:
Aunque hay múltiples factores, yo me he fijado en 4 en orden de prioridad: Interrelación, Disrupción, Cooperación y la Capacidad de cada uno. Para ello he realizado varios mapas en Popplet para observar su distribución, que grupos hay en la clase y entorno a quién giran, marcando en rojo los que pueden ser más disruptivos, tener una mayor facilidad para la cooperación y mayor capacidad para igualar los grupos.
En primer lugar, tras hacerme una idea de los grupos busqué los alumnos más disruptivos (Rojo), para separarlos cada uno en un grupo distinto (Azul: baja, Verde: media y Rojo: alta):

Posteriormente, analicé los que tenían menor y mayor facilidad para cooperar, y así equilibrar todos los grupos (Azul: alta, Verde: media y Rojo: baja):

Por último, analicé las capacidades de cada alumno, para que los grupos también fuesen homogéneos y así mismo colocar a los de mayores capacidades frente a alumnos con capacidad similar o media y a los de bajas capacidades frente a alumnos de capacidad media, para minimizar la frustración en los grupos (Azul: alta, Verde: media y Rojo: baja):

De esta forma y teniendo en cuenta que aun quería hacer grupos de 4, me veía forzado a hacer un par de 5, procuré que en al menos uno de ellos no hubiese nadie con una alta disrupción y estos dos grupos de 5 lo más cerca de la mesa del profesor, así como el grupo sin ningún disruptor bajo, como el grupo más cercano a la puerta:
